Atril Digital

Una extraña enfermedad aquejaba al recién nacido. La imposibilidad de atenderle hizo que pronto fuera dejado a su suerte en una institución. Al principio las visitas eran frecuentes, pero luego se fueron distanciando cada vez más, hasta que tan solo se limitó a pagar las cuentas con un cierto retraso. Esto también terminó cuando ya contaba 16 años. Se esperaba que pudiera permanecer en la institución hasta los 18 años, pero cuando dejaron de pagar las cuentas la institución hizo las gestiones para darle egreso, argumentando tener dificultades administrativas y de espacio.

Desde la institución hicieron los contactos para que tuviera un empleo que pudiera pagar sus cuentas básicas de vivienda en una pensión y alimento.

En este trabajo nuestro personaje logra establecer unos primeros vínculos que al principio distaban bastante de las relaciones con sus compañeros en la institución, cargadas de abuso.

Nuestro personaje pronto vio venir el mismo tipo de trato malsano por parte de sus compañeros y de su supervisor. Poco a poco se ha ido cargando de rencor, de odio. Sin ningún atisbo de vínculo importante, ha estado buscando sobrevivir entre tanto clima hostil, incluso desde su nacimiento.

Solo una chica parece tenerle algo de lástima, siquiera un sentimiento diferente al desprecio al que está acostumbrado. Esta chica coincide con nuestro personaje tan solo unas horas antes de marcharse del trabajo.

Nuestro personaje se pregunta qué es de su vida, fantasea con diferentes episodios, encuentros fortuitos. Unos recrean vivencias, otros recogen sus sueños. Entre unos y otros se mantiene distraído en el trabajo. Esto le lleva a cometer errores más allá de lo atribuible a una extraña enfermedad congenita que le lleva a ausentarse de su alrededor.

Una existencia indeseada desde sus orígenes le han llevado a pensar qué sentido tiene continuar. Pareciera que ha llegado hasta acá tan solo con un impulso animalezco de sobrevivencia. Sin cuestionamientos acerca de qué hay más allá de su aquí y ahora.